Déjenla vivir

Emilia Herrera, encarnada por la actriz Aida Cristina Bossa, y el legendario acordeonero y cantante Alfredo Gutiérrez.

Por lo general, el canal regional Telecaribe es una loa simplona y monótona al orgullo de ser Caribe, es periodismo barato en set empobrecidos, es aparato de propaganda de gobernantes vacíos, mentirosos y ladrones, es el lugar común del béisbol, como si no hubiera más deportes… En fin, tiene el nombre bien puesto, es un canal, en consecuencia, limitado a lado y lado. Su mirada es estrecha, arrastrada por la corriente de la mala calidad, del bajo presupuesto, de la imitación ajena.

Sin embargo, en el 2017 hubo un terremoto que saltó por los aires todas las placas tectónicas de su legendaria y larga mediocridad. Un equipo independiente de productores de televisión grabó para este canal la mejor telenovela o seriado hecho en la costa Caribe colombiana. Se trata de Déjala morir, la vida de la cantante de bullerengue Emilia Herrera, más conocida como La niña Emilia.

Esta producción es una muestra más de que en la costa Caribe hay mucho talento, incluso a la hora de hacer televisión pública comercial. Lo hecho por este equipo ha sido una sinapsis en el vacío, un relámpago en la oscuridad, una epifanía en el barrizal.

La serie contó con agilidad y una estructura flexible y dislocada, la vida azarosa y dura de una cantante popular de los años setenta y ochenta de la costa Caribe. Incluyó el propio melodrama, el detrás de cámara de la producción y entrevistas a familiares y conocedores de Emilia Herrera. Esos tres elementos los mezclaron de forma sabia y dinámica.

Al lado de esta innovadora estructura, de los excelentes libretos de Andrés Salgado, estuvieron la actuación memorable y premiada de la actriz Aida Cristina Bossa y la dirección de Alessandro Basile.

La encarnación que hizo Aida Cristina Bossa de Emilia Herrera fue muy destacada, visceral, seria. Asumió el personaje en profundidad, lo estudió y lo representó con grandeza, con respeto y fuerza. Esta actuación no se nos debe olvidar, porque nos devolvió enriquecido a un personaje popular que estaba cayendo en el olvido y que ha sido rescatado de las brumas de ayer con el gran trabajo de todos los participantes en esta serie.

Ojalá esta serie no sea la excepción, sino lo contrario, y que surjan muchas más que le devuelvan la vida al adulto canal regional Telecaribe, que sigue dando palos de ciego, revolcándose a diario en su precariedad y ocasionalmente dando muestras de vida y salud creativa.  

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