Entradas

Mostrando entradas de 2022

Los aviones, ese sueño de Ícaro

Imagen
Qué preciosos son los aviones. En el aire como en tierra. Diría que perfectos. Sus líneas precisas, la contextura tubular de su cuerpo, la majestad de sus alas, el garbo de su alerón trasero, en fin, su reto excesivo a la imaginación y a las leyes de la física. Estacionados en el aeropuerto, parecen aves en reposo, balas inofensivas. Me gustan mucho sus trenes de aterrizaje, sus llantas pequeñas, quizás demasiado diminutas para rodar semejante mole de metal, plástico y aire. Por sus ventanillas se filtra siempre un misterio. Desde el exterior nunca se vislumbra el miedo que silencia y entierra en las abollonadas sillas a sus furtivos ocupantes. La parte delantera tiene un encanto especial. La punta aerodinámica es el inicio del milagro de volar. Llaman mucho mi atención las portezuelas, dispositivos, rejillas, válvulas, orificios y demás intersticios de su fuselaje, que hacen de ellos unos seres vivos con cavidades, órganos y carnosidades. También tiene el jet la prepotenci...

Elogio incompleto del arroz

Imagen
Donaldo Donado Viloria Es incompleto e imposible, porque se necesitaría la percepción de los millones de personas que en la historia de la humanidad han comido este cereal . El arroz , caviar blanco, cuyo grano parece las larvas de las hormigas o escamoles, tiene un sustrato a tierra cocinada, a sudor humano, a elemento esencial para la vida. Me lo como al clima, tibio o caliente a un hervor de quedar listo. Es un alimento noble, dócil. El blanco es universal, pero se puede mezclar con cualquier otro alimento. Con fríjoles o lentejas en su jugo es incomparable. Para muchos, mezclado con huevo revuelto es una maravilla, o sumado a una sopa, un prodigio. Otra cosa es combinarlo o prepararlo con otro alimento que repotencie su sabor. El arroz con coco , quizás, está en lo alto de la pirámide. En América Latina, ¿quién no ha disfrutado ese arroz con color de piel de mujer morena, acompañado de un pescado o de otro ser del agua, y de una ensalada de aguacate o con patacones de plátano...

Los reyes que no lo son

Imagen
  Donaldo Donado Viloria Anoche vi la película  Los reyes del mundo , de la cineasta antioqueña  Laura Mora . Su sentido central es el consabido maltrato, la exclusión y la violencia ejercida entre ellos y por los hombres adultos contra los  niños y jóvenes pobres paisas . Ya los había mostrado muy bien Víctor Gaviria en  Rodrigo D  y en  La vendedora de rosas . El título, sin duda, es un sarcasmo. Los cinco niños-jóvenes que protagonizan esta  película de carretera  no son reyes de nada. Quizás de  las calles de Medellín , en donde viven como pueden, sin reglas y sin límites. De allí salen  rumbo a Nechí , en el bajo Cauca antioqueño, donde supuestamente uno de ellos, el mayor,  Bryan , tiene derecho a una  parcela restituida por un juez , herencia de su abuela, que en el pasado fue desterrada por algún grupo armado. Bryan se va con sus cuatro amigos, porque  considera que son su familia , y que esa tierra pleiteada,...